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Así le gritaba al viento
en el silencio del mas allá
rezaba que se acordaba
del Credo Santo por no llorar
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Y por su mente paso su vida
desde un principio hasta el final
y se dio cuenta de lo vivido
no había nada que perdonar
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Su luz callaba y se apagaba
cuando una mano se le ofreció
y allí empezaba su luz eterna
y una sonrisa le dedico
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Cerro los ojos como si nada
cruzo sus manos en son de Paz
y así acababa toda una historia
de ochenta años y alguno mas
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A eso se refería Manuel, a tener esa suerte final de que nos toque LA LUZ DIVINA. Como les dijo un compañero suyo.
-Era una persona muy entregada, dedicada y comprometida con su Religiosidad.
Precioso homenaje le dedicas a esa persona que ya abandonó esta tierra.
ResponderEliminarSi la pudiera leer estaría orgulloso de ti.
Un abrazo
Seguro que él seguirá ayudándote desde allí. Las personas que amamos no nos abandonan nunca. Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con el comentario de Joan Josep, allí donde esté, Luis Molas cuidará de nosotros. En el tiempo que conviví con él fue como un padre para mí, y un padre o una madre siempre están pendientes de sus hijos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Fue un gran Hermano de La Salle y ante todo una persona de gran humildad, desde que salí de Cambrils siempre estuvo presente en mis persamientos. Una suerte haberlo conocido.
ResponderEliminarUn saludo Jose Luís