Manuel llevaba dos años perteneciendo a un grupo, en el cual y a través de los e-mail se enviaban correos con el fin de seguir teniendo contacto hasta que se produjera el encuentro nacional que venían haciendo una vez al año.
Y como en en todos los grupos, no todos piensan igual, y no todos tienen la misma capacidad de ver las cosas. Al final la envidia de algunos, dividió el grupo.
Que fuerte es la envidia
lo que llega a ser
y el que la padece
no la quiere ver
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Cegado en su mundo
y en su padecer
creyendo que todos
son menos que el
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Ligado a la envidia
el rencor está
hacia uno mismo
y hacia los demás
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Y no se dan cuenta
que la envidia es
lo que no te deja
ni ser, ni no ser
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Manuel se había quedado tranquilo, de borrarse al menos de recibir, unas descalificaciones, alimentadas únicamente por el ego de algunos. Pero no asi de seguir manteniendo relacion con algunos amigos.
Real como la vida misma...Un abrazo: Joan Josep
ResponderEliminarLa envidia divide a la gente y la corrompe, pero por suerte siempre tenemos al lado a personas que nos demuestran que la verdadera amistad también existe.Es posible rodearse de personas sinceras aunque a veces no sea fácil escuchar lo que nos dicen...
ResponderEliminarEl que envidia nunca podrá ser feliz porque siempre quiero eso que él no tiene...nunca estará satisfecho.
ResponderEliminarUn beso