PROLOGO
Todos sin ninguna excepción, de clase o condición, con el solo hecho de saber pensar, somos capaces, de poder poner un orden a las palabras y a las cosas, para que estas, puedan parecer mucho más bonitas, que tal y como pueden aparecer en el orden alfabético de un simple diccionario.
Manuel (que así se llamaba nuestro poeta) tuvo la suerte de poder conocer a personas, que por su condición de pensadores de sí mismos, a consecuencia de cómo les había venido el transcurso de sus vidas, se veían en la mayor parte y en sus mejores momentos del tiempo, proclamando sus deseos de sentir y ver las cosas mucho más bonitas, de cómo les estaba ocurriendo en esos momentos.
Por esa misma condición que tenían de hablar, y de organizar sus palabras, Manuel se vio obligado por su propio deseo de convivir con ellos, y entrando dentro de sus propios mundos, ya que preferían seguir en el anonimato. Y para Manuel no eran menos POETAS que cualquiera, de los que habían tenido la suerte de poder plasmar sus poemas y versos en alguno de esos los libros, que podemos encontrar a cambio de su precio.
Este libro va dedicado, a todas esas personas, que por no poder escribir un libro, lo dicen todo a cambio de encontrarse bien con ellos mismos de la misma forma que siempre Manuel llegó a encontrarse con ellos.
Es por eso indudablemente, de que existe un baúl de recuerdos en cada uno de nosotros que jamás verán la luz.
UN POETA DESCONOCIDO
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